domingo, 5 de diciembre de 2010

¿La Historia, será Historia.........?



A propósito de la medida de reducir en un 25% las horas de Historia y Ciencias Sociales:

La medida del ministerio tiene cuestiones altamente dudosas que la autoridad educativa y política tiene que explicar claramente a la sociedad.

1. No se ha entregado la justificación educativa de la medida. Lo que el ministro y la jefa de la Unidad de Currículum han expresado en los medios no pueden ser consideradas razones. El ministro ha dicho que “hay que aprender a leer primero para luego aprender historia”. La jefa de Currículum dice que la modificación “calza” perfectamente en las 3 horas semanales que quedarán. Esto es inconsistente: no hay evidencia alguna que sostenga el argumento de Lavín. Es más, una buena parte de la investigación en aprendizaje histórico enfatiza la simultaneidad y complementariedad de las competencias lingüísticas con el contenido histórico. Sobre este punto existe una antigua discusión sobre la conveniencia de separar contenidos y habilidades. La evidencia internacional especializada en el aprendizaje histórico demuestra que no hay tal disociación, al menos en Historia y Ciencias Sociales.

2. Los primeros resultados de una investigación que realizo con estudiantes chilenos, (Fondecyt de iniciación nº 11090132) titulada justamente, “El aprendizaje del pensamiento histórico”, está demostrando algo similar: el pensamiento histórico se desarolla con y junto al lenguaje. Aprender historia es también aprender a escribir y a hablar y viceversa. El contenido aporta habilidades que son específicas de la historia (como pensar históricamente) por lo que hacer la disociación entre aprender “lengua” primero y luego historia es una medida que podría afectar seriamente los aprendizajes de historia. Por ello, la propuesta ministerial carece de fundamentos que podría llevarnos a inciertos derroteros contrarios a lo que la evidencia chilena e internacional ha señalado. Más que dar horas de lengua o quitar horas de Historia (u otra asignatura con el argumento de “reforzar Lengua” habría que pensar cómo al interior de la asignatura de Historia y Ciencias Sociales se desarrolla el pensamiento histórico y cómo se relaciona, epistémicamente, con otras formas de pensamiento disciplinar. La Lengua entre ellas.

3. El segundo argumento ministerial basado en exitosas y modélicas experiencias internacionales y en las recomendaciones de la OECD también carece de sustento. Los países aludidos tienen en sus programaciones menos horas de Historia y Ciencias Sociales y sus currículos son menos extensos. El sistema escolar chileno presenta un currículum sobrecargado que difícilmente alcanza a desarrollarse durante el año escolar (¡Y ahora con una hora menos!). Esto se complica cuando tienes a 45 alumnos por sala y cuando las condiciones de producción académica no son las adecuadas; sabemos que los/as profesores/as no disponen de tiempo para preparar sus clases. Esto lo sabemos bien en Chile. También lo saben los de la OECD. Tanto, que fueron esas mismas las recomendaciones que dio para el sistema educativo chileno.

4. No sabemos qué impacto tendrán estas medidas en los/as estudiantes, sobretodo en las deslegitimadas y golpeadas escuelas públicas. Reducir el espacio para aprender a pensar históricamente en la escuela es un error que no sólo podría clausurar el pasado de nuestros estudiantes y su sociedad, también podría hacerlo con su presente y su futuro.

Rodrigo Henríquez Vásquez

Doctor en Didáctica de las Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Barcelona.




http://educacion.uc.cl/alumnos/blog/menos-horas-para-la-historia

Declaración de Historiadores y profesores de Historia

Con motivo de las recientes declaraciones del Ministro de Educación, Sr. Joaquín Lavín Infante, anunciando la reducción de horas de clase de Historia para alumnos entre Quinto Básico y Segundo Medio, los historiadores (as) y profesores (as) de Historia firmantes declaramos:

1. Consideramos dicha reducción horaria absolutamente desacertada y lamentable y por ende, la rechazamos categóricamente, puesto que, contrariamente a lo afirmado por el Ministro, no contribuirá en lo más mínimo a solucionar los graves problemas de desigualdad, inequidad y falta de calidad de la Educación Básica y Media chilena. Al contrario, solo los agravará generando nuevos desequilibrios y distorsiones.

2. Esta medida ha sido adoptada de manera autoritaria y antidemocrática puesto que no ha sido el resultado de un proceso de discusión informado y transparente del profesorado, de sus organismos profesionales y gremiales, y tampoco fue consultada con los especialistas de la disciplina del medio universitario –historiadores y educadores- sino adoptada en base a criterios tecnocráticos, por el círculo del confianza del Ministro Lavín, a puertas cerradas en el Ministerio de Educación. No existen estudios serios que justifiquen esta decisión y que demuestren que la reducción de horas en Historia y Ciencias Sociales a favor de otros cursos beneficiará el aprendizaje de los estudiantes.

3. Además de no asegurar mejores resultados en pruebas de estándares internacionales, la implementación de esta política significará reducir aún más la posibilidad –ya escasa- de desarrollar un pensamiento crítico en los estudiantes y formar ciudadanos reflexivos, aptos para el ejercicio democrático puesto que la Historia es, por antonomasia, creadora de conciencia crítica respecto del entorno social en el que viven las personas, y por ello el mejor instrumento para formar verdaderos ciudadanos. Reducir o minimizar la enseñanza de la Historia y las Ciencias Sociales en las escuelas, colegios y liceos significa, más allá de las intenciones declaradas, coartar y acallar la reflexión y el análisis crítico. Detrás de criterios aparentemente “técnicos” que inspiran categorías como “productividad”, “resultados” y “competencia”, se ocultan inspiraciones e intereses políticos que apuntan a la formación de tecnócratas y mano de obra dócil, incapaz de cuestionar los fundamentos, objetivos y modo de funcionamiento del actual modelo de sociedad. Cabe recalcar que esta medida se suma a una similar adoptada hace algunos años que significó la disminución de las horas de Filosofía en el currículo, con el consiguiente daño para la formación humanista de los alumnos.

4. Nuestra oposición a esta decisión del Ministerio de Educación no está motivada por una mera defensa “corporativa” de tipo laboral (la defensa de las horas que perderán los profesores de Historia), sino principalmente, por las razones expuestas que se vinculan con el tipo de jóvenes y de ciudadanos que queremos contribuir a formar, por el rol central que la Historia puede y debe jugar en el proceso formativo de personas íntegras y conscientes.

5. En consecuencia, hacemos un llamado a toda la comunidad educacional nacional –profesores, estudiantes, padres y apoderados de los distintos niveles del sistema educacional- a hacer público su rechazo a esta nefasta medida y a movilizarse de manera unitaria y coordinada para lograr revertirla.
Sergio Grez Toso

Santiago, noviembre de 2010.